En este vídeo se presentan una serie de ideas que pueden estructurarse del siguiente modo.
En una primera parte (hasta la diapositiva "los conflictos existen porque no todos somos iguales" ): En el vídeo se presentan las distintas personalidades que se pueden encontrar en cada persona. Se explica cómo esa misma variedad es la que en ocasiones provoca la discordia y los problemas entre las personas.
En una segunda parte ( a partir de la diapositiva anterior hasta el final): Especialmente se llevan estos problemas originados en la variedad de carácteres al trabajo en equipo. Se suceden una serie de conflictos típicos del trabajo en grupo y consejos para realizar un buen trabajo. Se aconsejan la música y el ejercicio físico como relajante y una buena comunicación.
Resumen y tema:
El tema podría ser la superación de los conflictos originados en un trabajo de equipo.
El monólogo se introduce con la presentación de algunas de las personalidades humanas más comunes como la agresiva, la pacífica, la carismática...desde donde se nos conduce al origen de los conflictos, las diferencias entre esas personalidades.
Esos problemas se llevan al ámbito de los trabajos en equipo, realzándose la importancia de la comunicación para superarlos. Hay una explicación de los conflictos más frecuentes y una serie de consejos para acabar con ellos, entre los que se encuentra la música como instrumento de predisposición al trabajo en equipo.
Comentario Crítico:
En este video se nos introduce en la importancia del trabajo
en equipo, pero también se nos presentan algunos de los conflictos más usuales
que puede dar este tipo de acercamientos entre compañeros, debido a sus
diferentes personalidades.
El estar obligado a realizar un trabajo de equipo supone una
serie de ventajas. La mayoría de las personas tendemos a la individualidad a la
hora de realizar cualquier proyecto, es quizá la proyección de una cierta
comodidad en la que no tenemos que entrar a un diálogo, discusión, puntos de
vistas distintos… simplemente lo hacemos todo a nuestra voluntad, sin
complicarnos más de lo necesario.
Sin embargo un trabajo conjunto nos obliga a la comunicación,
y que esta sea efectiva, si de verdad queremos conseguir el éxito, al debate, a
saber enfrentarnos a los demás ofreciendo a nuestros puntos de vista argumentos
razonables que puedan defenderlos. Se desarrolla (o debería) la capacidad de
escuchar a los demás y la apertura a ideas nuevas que difieran de las nuestras.
En un trabajo de equipo existe una mayor amplitud de
conocimientos, y es que siempre se ha dicho que “dos cabezas piensan mejor que
una”, y la diversidad de opiniones ayudará a la búsqueda de la perfección en
nuestro trabajo, enriqueciéndolo.
Las distintas personalidades a la hora de un trabajo
conjunto tienen gran influencia, así como el tipo de relación que tengamos con
esas personas. No es lo mismo trabajar con personas totalmente desconocidas a
las que por suerte o por desgracia les ha “tocado” en nuestro grupo que con
personas ya conocidas. Evidentemente la primera situación es la más propensa a
poder hacer un buen trabajo en equipo, ya que es la que más obliga a cada una
de las partes a la colaboración y coordinación empezando de cero, aunque también
puede darse el caso de que esa situación termine en desastre total.
Tampoco es la misma situación encontrarte con personalidades
afines a ti que hagan encarrilar en trabajo en una dirección que con
personalidades totalmente distintas que haga de la puesta en acuerdo un caos.
A pesar de todo esto, si en las situaciones más desfavorables
conseguimos a través del diálogo, la motivación y el amor propio superar las
barreras realizando un buen trabajo en una estupenda coordinación, todo ello
habrá supuesto una gran contribución a nuestro crecimiento y satisfacción
personal.
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