jueves, 16 de febrero de 2012

Bodas de sangre- Federico García Lorca

1.ESTRUCTURA DE LAS IDEAS DEL TEXTO:

Este fragmento de Bodas de Sangre pertenece al desarrollo de la acción de la obra, carece de planteamiento y de un desenlace concreto. Las ideas se pueden estructurar de la siguiente manera:
En una primera parte del verso 1-17: Aquí encontramos a una pareja que parece huir de algo, pero la novia en ese momento se arrepiente y pide a su compañero que la abandone, la mate, o le de medios para poder suicidarse ella misma porque no quiere seguir adelante con la huida.

En la segunda parte del verso 18- al 40: Leonardo pide su silencio, a lo que ella responde con un reproche por haberla obligado. Él a su vez, le expone las razones de porqué eso no es cierto, y es ahí cuando en la novia anida una gran confunsión, en la que se puede entrever que lo quiere pero también tiene miedo de algo y lo culpa a él.

En la última parte del verso 41 al final: Leonardo contrataca desquitándose de toda culpa, exponiendo cómo él intento olvidar su amor hacia ella, pero finalmente su encanto terminó por seducirlo sin poder hacer nada contra ello.

2. RESUMEN:
 Leonardo está protagonizando una huida con su amada. Esta se niega a seguir adelante con ella y le pide que la abandone, o bien, la mate. También le culpa a él por haberla llevado a esta situación. Él contrarresta sus acusaciones con el recuerdo de las iniciativas de ella para comenzar esa aventura, y él se despoja de toda culpa aludiendo al hecho de que su amor por ella era irremediable y Leonardo eso no lo podía controlar.

3.COMENTARIO CRÍTICO:

Este fragmento pertenece a una obra drámatica, Bodas de Sangre, cuyo autor es Federico García Lorca, conocido poeta granadino, asociado con la Generación del 27. En este teatro una pareja de enamorados parece escapar de algo, en la pareja tenemos al hombre, Leonardo, pero, sin embargo, cuando se refiere a la mujer, la denominan como "Novia", lo que nos lleva a pensar que si fuesen novios entre ellos dos se los llamaría "Novio y novia". Al no darse esto, podríamos suponer que la novia, en realidad lleva ese nombre por ser la novia de una boda, la novia de otra persona, y que está escapando junto al hombre que realmente ama, que sería Leonardo. En la huida, ella parece arrepentirse, y la causa principal parece ser el miedo, a algo. Entonces le roga a su amado que la mate,al tiempo que lo hace culpable de la situación, negándose a seguir con la huida. Leonardo entonces le hace comprender que realmente ella si quería acompañarlo, ya que si no se hubiera negado, le hace ver que sus sentimientos hacia ella están fuera de su control, que no es él quien los dicta.

En este fragmento podemos ver reflejado el estereotipo de amor que existía en la época en la que está basada la obra (década de los años 30). El amor no era más que un contrato más que ayudase sobretodo a la mujer a conseguir una situación decente. No existía una clara libertad respecto a la elección de a quién querer, o simplemente con quién casarte. En el caso de la mujer el concepto de libertad ni siquiera existía, la mujer era como una pertenencia a su familia (en especial el cabeza de familia) que decidía sobre toda su vida, incluida esa parte. Ellos decidían a la persona ideal para su hija, la cual no tenía ni voz ni voto. Justamente en esta obra se localiza una oposición a este prototipo, representada por la rebelión de los personajes a ese pacto. En su rebelión deben escapar, huir, esconderse, como si elegir a la persona a la que amar fuera algo vergonzoso. Afortunadamente en la actualidad de nuestro país no se suelen dar estas situaciones, y a excepción de unos pocos casos, la mayoría de las personas puede elegir libremente con quien estar o a quien querer. Existiendo hasta el divorcio o la separación, vigentes desde 1981. Es más, la práctica está tan extendida que ya existen los denominados "divorcios express".
Hoy en día cualquier persona tiene la capacidad de elección, y también la de rectificación. Hoy en día cualquiera conoce un gran número de divorciados, y sobre ellos no recae ninguna consecuencia social. Excepto desgraciadamente en los miles de casos machistas que brotan en la sociedad, cuya consecuencia directa es la de la violencia que reprime cualquier capacidad de elección en la mujer. La situación ha mejorado bastante desde 1930, pero indudablemente nos queda mucho camino por andar.

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